El Cinco de Mayo, ha evolucionado desde sus orígenes como conmemoración de la victoria militar de México sobre Francia en 1862 hasta convertirse en un vibrante fenómeno cultural y comercial en Estados Unidos. En 2025, los consumidores estadounidenses acogieron la festividad con un entusiasmo intensificado, impulsados por una combinación de reverencia histórica, tradiciones culinarias y campañas publicitarias dirigidas. Este informe examina las múltiples formas en que los residentes estadounidenses celebraron el Cinco de Mayo, analizando patrones de gasto, tendencias gastronómicas, participación en festivales y las implicaciones económicas más amplias de la festividad. Los hallazgos principales incluyen un énfasis sostenido en el consumo de alcohol, con margaritas y cerveza dominando las compras; un aumento en las ventas de aguacate vinculado a la preparación de guacamole; y la proliferación de promociones de comida rápida aprovechando el espíritu festivo. Los festivales regionales, como el Cinco de Mayo Fest de Luisiana, subrayaron aún más la resonancia cultural de la festividad, combinando entretenimiento con filantropía comunitaria.
El Cinco de Mayo conmemora el improbable triunfo del ejército mexicano sobre las fuerzas francesas en la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862. Aunque la victoria no alteró decisivamente el resultado de la Guerra Franco-Mexicana, se convirtió en un símbolo emblemático de la resistencia y el orgullo nacional mexicano. En México, la fecha se celebra principalmente en el Estado de Puebla, con desfiles militares y recreaciones históricas, pero no tiene el estatus de día festivo federal.
La migración de esta festividad a los Estados Unidos comenzó a mediados del siglo XX, impulsada por las comunidades mexicano-estadounidenses que buscaban celebrar su herencia cultural. Durante el Movimiento Chicano de los años 60 y 70, los activistas reinterpretaron el Cinco de Mayo como un símbolo de resistencia contra la asimilación cultural, estableciendo paralelismos entre la Batalla de Puebla y sus propias luchas por los derechos civiles. Para la década de 1980, los intereses corporativos reconocieron el potencial comercial de la festividad, especialmente para las industrias de alcohol y alimentos, lo que llevó a su amplia comercialización. Esta transformación ha generado críticas de algunos observadores mexicanos, quienes argumentan que el significado histórico de la festividad ha sido eclipsado por el consumismo
El alcohol se mantuvo como elemento central de las celebraciones del Cinco de Mayo en 2025, con el 58% de los consumidores encuestados comprando cerveza, tequila o ingredientes para margaritas. Según Numerator, una firma de investigación de mercado, el 78% de los compradores de alcohol optaron por margaritas, mientras que el 51% eligió cerveza. Esta preferencia se alinea con la asociación de la festividad con cócteles festivos y reuniones informales. A pesar de una tendencia cultural más amplia hacia estilos de vida sobrios, el gasto en alcohol durante el Cinco de Mayo desafió las tendencias, con un 22% de los participantes aumentando sus presupuestos para alcohol en comparación con 2024. El gasto promedio por hogar osciló entre $25 y $100, reflejando un nivel de participación de moderado a alto en la festividad.
La comida representó el 75% del gasto relacionado con el Cinco de Mayo, donde los platillos de inspiración mexicana como tacos, enchiladas y guacamole dominaron las listas de compras. Los aguacates surgieron como un ingrediente fundamental, con un repunte en las ventas durante las semanas previas al 5 de mayo. Los datos del Consejo del Aguacate Hass revelaron un aumento del 2% en las ventas unitarias de aguacate durante el Cinco de Mayo 2024 en comparación con el año anterior, alcanzando 59.8 millones de unidades, mientras que las ventas en dólares aumentaron un 22% hasta los 68.5 millones. Los minoristas aprovecharon esta demanda mediante promociones, como el programa AVO360 de West Pak Avocado, que proporcionó empaques temáticos de aguacate e ideas de recetas para impulsar las ventas. Los compradores que incluyeron aguacates en sus carritos gastaron 1.9 veces más en comestibles en general, destacando el papel del ingrediente en la venta cruzada de productos complementarios como totopos y salsa.
El sector de comida rápida aprovechó agresivamente el Cinco de Mayo en 2025, ofreciendo promociones por tiempo limitado para atraer a consumidores conscientes del presupuesto. Bubbakoo’s Burritos introdujo una promoción de “compra un platillo principal y llévate otro gratis”, válida para pedidos digitales realizados el 5 de mayo, con el artículo gratuito canjeable entre el 6 y el 11 de mayo. California Tortilla expandió sus promociones a un evento de cinco días, presentando descuentos diarios como $5 de descuento en platillos principales, chips y queso gratis, y participación en una rifa de “Burritos Gratis por un Año”. Estas estrategias no solo impulsaron las ventas inmediatas sino que también fomentaron las descargas de aplicaciones y la lealtad del cliente mediante cupones de retorno.
La conveniencia de las opciones de comida rápida atrajo a consumidores que buscaban comidas festivas sin el esfuerzo de cocinar en casa. Las cadenas que enfatizan menús de inspiración mexicana, como Taco Bell y Chipotle, reportaron un aumento en el tráfico de clientes, aunque las cifras específicas de ventas de 2025 no fueron reveladas en los datos disponibles. La tendencia hacia los pedidos digitales, ejemplificada por la oferta exclusiva para la aplicación de Bubbakoo, subrayó la creciente influencia de la tecnología en la formación de los hábitos de consumo durante las festividades.
Los festivales regionales como el de Metairie generaron una importante actividad económica local, con vendedores reportando ventas elevadas de comida callejera mexicana, artesanías y bebidas. La integración de la lucha libre —un estilo tradicional de lucha mexicana— en la programación demostró los esfuerzos por representar auténticamente la cultura mexicana, contrarrestando las críticas sobre la comercialización de la festividad4. Eventos similares en ciudades como Los Ángeles y San Antonio han atraído históricamente a millones de asistentes, aunque las cifras de asistencia de 2025 no se detallaron explícitamente en las fuentes proporcionadas.
Las empresas de cerveza y licores continuaron dominando el marketing del Cinco de Mayo, con Modelo Especial y Avión Tequila como patrocinadores principales de los festivales más importantes. El informe de Nielsen de 2014 señaló que los estadounidenses gastaron más de 600 millones de dólares en cerveza durante el Cinco de Mayo, una cifra que probablemente fue superada en 2025 debido a la inflación y la expansión de la oferta de productos. Las campañas en redes sociales que enfatizaban recetas de margaritas y contenido temático festivo reforzaron aún más la centralidad del alcohol en la festividad.
Los supermercados y las tiendas mayoristas posicionaron estratégicamente la mercancía del Cinco de Mayo, incluyendo kits preparados de guacamole, totopos y decoraciones temáticas, cerca de las entradas de las tiendas. La colaboración del Consejo del Aguacate Hass con los minoristas proporcionó exhibiciones en tienda y materiales de marketing digital, creando un ecosistema promocional cohesivo que impulsó las ventas de aguacate. Este enfoque de “marketing 360°”, que combina puntos de contacto físicos y digitales, maximizó la exposición de los consumidores a los productos relacionados con la festividad.
Los críticos argumentan que la transformación del Cinco de Mayo en un espectáculo de marketing amenaza con borrar sus raíces históricas. Mario García, historiador de UC Santa Barbara, señaló que la asociación original de la festividad con el activismo chicano se ha diluido por el desarrollo de marca corporativo. Sin embargo, los defensores sostienen que la celebración generalizada fomenta el entendimiento intercultural y proporciona oportunidades económicas para los negocios propiedad de latinos.
Organizaciones sin fines de lucro como Ecco NOLA utilizaron el Cinco de Mayo como plataforma para abordar las disparidades educativas dentro de las comunidades hispanas. Al canalizar los ingresos de los festivales hacia becas, estos grupos alinearon los aspectos festivos de la celebración con un impacto social a largo plazo4. Las iniciativas educativas, como las presentaciones escolares sobre la Batalla de Puebla, también ganaron impulso en 2025, con el objetivo de equilibrar las actividades comerciales con la conciencia histórica.
El Cinco de Mayo de 2025 ejemplificó la interacción dinámica entre el patrimonio cultural y el consumismo en Estados Unidos. Los consumidores priorizaron las experiencias comunitarias, ya sea a través de reuniones en casa centradas en guacamole y margaritas o la asistencia a festivales a gran escala con música y lucha libre. La intensa promoción de la industria de comida rápida y el aumento estacional del mercado del aguacate destacaron la importancia económica de la festividad, mientras que los esfuerzos filantrópicos demostraron su potencial para el desarrollo comunitario. De cara al futuro, los grupos de interés deben gestionar la tensión entre la comercialización y la preservación cultural para garantizar que el Cinco de Mayo siga siendo una celebración significativa para públicos diversos. Las recomendaciones incluyen un mayor financiamiento para programas educativos vinculados a la festividad y apoyo para los negocios propiedad de latinos en los comités de planificación de festivales.
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