El Museo Nacional del Tequila alberga uno de los tesoros más impresionantes de la industria tequilera: la botella de tequila más grande del mundo, una obra maestra del vidrio soplado creada por el maestro artesano Hipólito Gutiérrez Castillo.
Esta pieza excepcional, que ostenta el Récord Guinness desde 1997, cuenta con una capacidad de 35 litrosy representa mucho más que un simple récord mundial: es el testimonio vivo de una tradición artesanal que se remonta a más de un siglo.
La historia detrás de esta creación es particularmente fascinante para los conocedores de la industria. El proyecto surgió de una exhibición en el Centro Cultural El Refugio en Tlaquepaque, epicentro de la artesanía jalisciense. La pieza fue elaborada utilizando técnicas tradicionales de vidrio soplado, demostrando la vigencia y relevancia de estos métodos artesanales en la industria moderna del tequila.
Lo que hace aún más notable esta pieza es su contexto histórico y familiar. Gutiérrez Castillo es parte de una dinastía de artesanos del vidrio que se remonta a 1961, cuando su padre, Don Félix, estableció su taller en Guadalajara. La técnica fue heredada de artesanos franceses que se establecieron en Jalisco hace más de un siglo.
Para los profesionales y entusiastas de la industria, esta pieza representa la intersección perfecta entre la tradición artesanal mexicana y la innovación en la presentación de destilados de agave. Actualmente, la botella se exhibe permanentemente en el Museo Nacional del Tequila, donde continúa siendo un testimonio de la excelencia artesanal mexicana y un símbolo de la importancia global del tequila.